bienhadado sea el instante
en que mis ojos te miraron
robustos
y en los tuyos susurraron.
Pero una línea curva amante,
antes,
tus mejillas dibujaron
¡Oh que sonrisa diletante!
Cantos,
como los de las musas distantes,
son los tuyos que mis oídos oyeron.
Gonzalo Gisholt Tayabas