Datos personales

Mi foto
Contacto: poesiaapoesia@gmail.com

viernes, 26 de junio de 2009

Historia de mis calcetines

Ya sean grandes o pequeños, nuevos o zurcidos, siempre mediadores constantes entre nuestro pie y los zapatos tan ergonómicos y modernos de hoy en día. Algunos los usan en los píes, los más pequeños en las manos, para algunos deportistas son incómodos y los más desgraciados no los conocen. Ya sea de cualquier forma, los calcetines, o cualquiera de sus primitivas conformaciones, han sido un buen acompañante del hombre durante varios cientos de años.

Mi historia comienza cuando era pequeño, con apenas algunos centímetros de altura y la inexperiencia de la vida de por medio. Se me proporcionaron mis primeros calcetines; no recuerdo cómo eran, pero algo de lo que estoy seguro es de que debieron de ser dos, ya que afortunadamente cuento con dos pies... aunque a veces usaba cuatro, ya que mi madre me los ponía en las manos para no chuparme el dedo, pero un servidor hábilmente lograba deshacerse de ellos. Después seguí creciendo. Era un verdadero placer salir las mañanas de estío, cuando no asistía al colegio, al mercado, para hacernos de algunas de estas prendas con figuras caricaturescas y atractivas. Fui creciendo, un poco más, y estás figuras fueron desapareciendo paulatinamente del porte de mis calcetines. Los colores cada vez eran más oscuros, o bien, eran de una blancura total, como una película en blanco y negro, donde sólo se reconocen matices oscuros y claros. Nunca faltó ese apego infantil, contrastante con la edad, de querer conservar algunos cuantos ejemplares. Pero inexorablemente el cambio fue total y en estos momentos solo uso colores como negro, café y blanco, rara ves adornados con puntas cenicientas o grisáceas.

Los calcetines, medias, calcetas, o como se le quiera llamar, para muchos son un asunto fútil, por eso me hice a la tarea de escribir esta pequeña anécdota y loar a estos compañeros de toda la vida:
pares indiferentes, que mantienen nuestros pies calientes. :)

Gonzalo Gisholt Tayabas

miércoles, 10 de junio de 2009

Poemúsica



En los corazones de los hombres más temerarios,
hay cuerdas que no se dejan tocar sin sentimiento.
Edgar Alan Poe

Antes de adentrarnos a la estrecha relación que guardan estas dos artes, la música y la poesía, es preciso definirlos de una forma un poco menos artística.
● Poesía: proviene del griego ποιησις, a través del latín poesis. ποιησις quiere decir "hacer" y se refiere a convertir pensamientos en materia. Se define como el arte de disponer las palabras según modelos formales, en lo que atañe su sonido, ritmo y significado, o cualquier combinación de estos tres elementos, para conseguir en un espacio mínimo la máxima intensidad de expresión.
● Música: Del latín musica, con el mismo significado y este del griego μουσική que significa el arte de las musas. Se define como la combinación de sonidos y silencios de una forma armoniosa y agradable a los oídos.
La poesía, al igual que la música, se compone de sonidos, más bien articulados, que conjuntamente dan a entender una idea o sentimiento, pero al contrario de las notas musicales, las palabras tienen un significado intrínseco. Viéndolo desde otro ángulo, las palabras tienen un significado más directo que las notas musicales, las cuales tienen que ser armoniosas para que resulten atractivas al oyente y este intente interpretar el sentimiento que el músico quiere dar a entender en su obra. Otra comparación que podríamos hacer es que ambas tienen una forma de ser escritas, aunque la poesía utiliza más este medio para ser difundida, ya que la música escrita solo es comprendida por cierto número de personas con estudios superiores.
Muchas personas han querido estructurar las artes mediante estrictos métodos y reglas. En la poesía, en tiempos antiguos, el número de sílabas y rima en los versos era una parte vital para ser considerada como tal. Cabe decir que la literatura lírica nació antes que la narrativa. Y ahora los autores prescinden casi en su totalidad de cualquier regla para escribir. En el caso de la música, las canciones solían permanecer en una sola tonalidad y manejaban escalas básicas. Posteriormente se fue enriqueciendo con otros recursos como el contrapunto, disonancias y cambios de tonalidad y compás; además, con la llegada de la tecnología, se crea una incontable gama de sonidos nuevos, y la tarea de hacer música ya no es solo de los músicos, sino también de los expertos en computadoras y aparatos electrónicos, pero este es un tema que no abordaremos.
Ambas disciplinas son métodos con lo cuales se puede tocar el alma, tienen un “no sé qué”  (que Benito Feijoo se encargó de dilucidar), capaz de adentrarse hasta la sima, lo más recóndito, de los sentimientos.
Para poder entender estas artes, muchas veces se necesita tener un tipo de educación especial, ya lo menciona Aristóteles en su Política: a todos los jóvenes se les debería enseñar a apreciar las artes (cosa que en el sistema educativo actual está relegada), si no para un fin práctico, por lo menos para incrementar la cultura general del individuo, bien lo dice José Martí: “Ser culto para ser libre”. Para ser feliz, es necesario sentirse libre, ¿y no es la felicidad el fin que todos debemos buscar en la vida?
Regresando un poco al tema principal, aunque aparentemente vemos hoy en día la música y la poesía como cosas muy separadas, hay que decir que en un tiempo eran una y la misma…
En tiempos remotos cuando el habla era ya algo más cotidiano en la vida de las arcaicas personas, no se pensaba en darle algún camino artístico, y la poesía nació como algo fortuito, prácticamente unida a la música. El incentivo musical ayudaba a las personas de una comunidad a recordar con más fidelidad las letras, que en general hablaban sobre los valores morales y conductas de la comunidad. También uno de los primeros usos de la poemúsica (vocablo que he ideado para no repetir tanto los dos términos) fue el de solemnizar los rituales religiosos.
Al sur de la península Balcánica, nace la civilización griega, una de las más avanzadas en su tiempo, prolífica creadora de arte. En las antiguas plazas había una especie de cantores llamados “aedos”, los que serían un preludio de los posteriores juglares y trovadores. Estas personas llevaban un instrumento llamado phorminx, similar a la lira, y cantaban de pueblo en pueblo las epopeyas de los héroes. Uno de los más famosos aedos fue Homero, autor de La Iliada y La Odisea
En las tierras septentrionales de Europa a los cantores se les llamaba “bardos”, palabra que fue tomada del celta antiguo. Estos mensajeros eran almacenes de las historias comunitarias, transmitían las noticias y en ocasiones servían de embajadores. Se decía que un buen bardo debía ser “de lengua ágil, corazón ligero y pies veloces (cuando todo lo demás fallaba).”
Durante mucho tiempo la literatura se difundía de manera oral, hasta que se comenzó a impregnar en papel, y fue como la música y la poesía comenzaron a escindirse.
Del imperio romano y la alta Edad Media, periodos bastantes oscuros de la historia, se tienen pocos documentos que hablen acerca de la poemúsica. Fue hasta el año 1116 d.C. cuando aparece la palabra “juglar”, procedente del latín jocularis, joculator, que significa ”bromista u hombre de chanzas”. Eran trovadores dedicados a cantarle a los nobles, reyes y, los menos afortunados, a la plebe. Con instrumentos como la vihuela, laúd, salterio, mandolín y similares, deleitaban a la gente con sus cantos. Así es como nace el mester de juglaria, fenómeno que se dio por el analfabetismo del pueblo. Se define como un conjunto de poesía, épica o lírica, de carácter popular difundida en la Edad Media. Las epopeyas que cantaban estos juglares eran denominadas “cantares de gesta”, manifestaciones literarias muy extensas (oscilaban entre los 2,000 y 20,000 versos, aunque no solían pasar de los 4,000) donde se contaban las hazañas y virtudes de los héroes. Las obras más representativas de este género son el Cantar del Mío Cid (España) y el Cantar de Roldán (Francia).
Simultáneamente, se desplegaba la música sacra, desarrollada como parte de los ritos cristianos de la época. Se cantan kyries, himnos, salmos y canciones espirituales entonadas a Dios. Uno de los más insignes exponentes fue Johann Sebastián Bach, con más de 200 obras religiosas.
Ahora damos otro gran salto desde el siglo XVII, hasta el XX. La poemúsica vuelve a tomar auge con los trovadores y los nuevos movimientos como: “La nueva trova cubana” “La canción de protesta” y “La nueva canción chilena”, donde los temas principales eran las injusticias sociales, la fugacidad de la vida, el pensamiento humano, la vida diaria, y, en algunas ocasiones, los amores; todos estos temas desarrollados de una forma poética y sugerente. A algunos autores, como Silvio Rodríguez, la crítica y apoyo hacía algunos gobiernos le valió la enemistad de varias asociaciones; en repetidas ocasiones no le dejaron presentar sus canciones en la televisión por el contenido político que ostentaban, una de estas es “Fusil contra Fusil”. Después de algún tiempo, la libertad de expresión fue extendiéndose y actualmente es un autor mundialmente reconocido. Aquí en México uno de nuestros representantes de la canción de protesta es Fernando Delgadillo, quien ha llamado a su movimiento “La canción informal”.
Otra forma en la que se presenta la poemúsica es en la transcripción o transformación de poemas de autores varios, en canciones. Un ejemplo claro de esto son los discos “Homenaje a Antonio Machado” y “El Sur también existe” (donde se canta a Mario Benedetti) de Joan Manuel Serrat.
También existen escritores, como Federico García Lorca, quien estudió música y literatura, y cuyos poemas como “Poema de la seguiriya gitana” o el “Poema de la saeta”, no pueden ser comprendidos si no se conoce el contexto flamenco musical en el que están sumergidos.
Es difícil predecir qué camino tomarán estas formas artísticas, pero algo de lo que podemos estar seguros es que seguirán formando parte de la expresión, hasta que el hombre no tenga nada que decir.
La canción es un medio de encuentro
para acariciarnos el alma.
David Filio
Fuentes:
-http://www.wikilearning.com/monografia/poesia_y_musica_relaciones_complices/16925 Revisada el 10/06/09
-http://es.wikipedia.org/wiki/Aedo_(poeta) Revisada el 10/06/09
-http://es.wikipedia.org/wiki/Bardo_(profesi%C3%B3n) Revisada el 10/06/09
-->
-MENEDEZ, Didal Don Ramón. Et al, (1973) México: Poesía en Gran Enciclopedia del mundo.
Por Gonzalo Gisholt Tayabas