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domingo, 29 de noviembre de 2009

El pollo mágico

Eran las cinco de la mañana, un rocío suave cubría el pasto del campo, el gallo que desde hacía media hora cantaba terminaba de dar los buenos días al sol. Don Eulalio ya se había puesto sus vaqueros y su camisa a cuadro y se disponía a recoger los primeros frutos de sus delgados árboles de chabacanos, cogió su canasta y salió presto a trabajar, mientras caminaba estaba silbando una melodía que su madre le enseñó, hasta que un cacareo irregular lo interrumpió, miró por todos lados y no vio al animal que producía tal sonido, siguió caminando y aguzó mas su oído, por si percibía algo más, pero no logro nada.
Llegó al primer árbol de chabacanos y al estirar su brazo para coger un fruto, algo le mordió el dedo. Don Eulalio pensó – los chabacanos no muerden, aquí hay algún curioso animalejo- se acercó cuidadosamente y vio un gallina de aspecto famélico, la tomó con precaución y se la llevó a su casa para cuidarla.
Durante esos días su esposa no se encontraba en casa, se había ido de viaje y Don Eulas, como le decían sus amigos, estaba solo en su hogar. Decidió colocar al animal hallado junto con los demás pollos del chiquero en la parte trasera de la casa.
La gallina se encontraba en muy mal estado y como don Eulalio no quería gastar en veterinario decidió hacer uso de sus dotes como enfermero. Durante varios días, la gallina estuvo bajo la cuidadosa supervisión de su nuevo dueño y doctor, Don Eulalio, y a veces de su compadre Hernestasio que cuidaba del animal cuando Eulalio salía al campo.
Una noche mientras don Eulas descansaba se oyó un extraño ruido seguido de un destello que provenía del gallinero.
Don Eulalio que estaba en su cama se conmocionó durante un momento pero inmediatamente volvió a dormir pensando que revisaría en la mañana. Y así fue. Revisó todos los corrales y al llegar al gallinero se dio cuenta de que la gallina que había recogido estaba muerta y debajo de ella había de un huevo de color azul claro más o menos pequeño.
Lo colocó en un montón de sábanas con una olla de agua caliente debajo que cambiaba constantemente para mantener el huevo a buena temperatura. Después de un tiempo el huevo se rompió y similar a la escena de hace algunos días, salieron unos destellos y un pequeño pollo implume y con un aura color rosa que lo circundaba salió del cascarón.
Don Eulalio quedó azorado y considero el suceso como un milagro, con mucho holgorio y regocijo salió de su casa gritando y bailando. Pronto llegó a la cantina donde se reunían todos sus amigos desde temprano, entró dando un gran azote a la puerta y con estentóreos gritos alardeó:
-¡Esto es un milagro, es un milagro, me ha nacido un pollo mágico! ¡Y es solo mío!
-Ea, ¿que pasó Don Eulalio?- dice su compadre Hernestasio
-¿Por qué tanto griterío?
-¡Es que ahora tengo la vida resuelta, tengo un pollo mágico!
-¿Y como sabe que es mágico?
-Una luz rosa que tiene alrededor lo comprueba, ¿Qué otra cosa sino magia podría ser eso?
- Puede ser…
El cantinero que oía la historia, se acercó a Don Eulaio y le dijo en voz baja -oiga Don, acuérdese que me debe mucho dinero, y si me pudiera prestar ese pollo para que me haga un milagrito o dos, se saldaría toda su cuenta…
-Está bien- dice Eulaio- pero tendrá que esperar a que crezca, ya sabe usté’ como son los animales mágicos, necesitan crecer pa’ juntar magia.
- ‘Ta güeno.
Pasó una semana y el pollo creció increíblemente rápido, le nacieron hermosas plumas y su cacareo era tan afinado como el canto de un ruiseñor.
Don Eulalio nunca había tenido un pollo mágico y no sabía como utilizarlo. Entonces decidió prestárselo al cantinero para ver si el descubría el funcionamiento del mágico animal.
El cantinero fue a recoger el pollo muy temprano por la mañana y regresó por la noche con una sonrisa que Don Eulalio no comprendía.
-¿Le hizo la magia mi pollo?
- Uh, si supiera, nomás traje al pollo a mi huerto y todos mis árboles se llenaron de frutos.
-¡¿Apoco?!
- Si, se lo juro. Y aquí está su pollo sano y salvo. Además le traigo estas naranjas como agradecimiento.
El cantinero le entregó un costal de naranjas y se retiro muy complacido. Don Eulalio quedó atónito y se fue a la cama sin poder pensar en otra cosa que no fuera su frugífero pollo.
A la mañana siguiente, su compadre Hernestasio, que había oído de lo que le acaeció al cantinero, se presentó muy atentamente en la casa de su compadre y le pidió prestado al pollo para que le hiciera la magia.
Don Eulalio accedió afablemente y la escena de la noche anterior se repitió, Don Hernestasio regresó muy sonriente, con el pollo en una mano y un costal lleno de naranjas como agradecimiento en la otra.
El dueño del pollo se empezaba a preocupar porque a él no le sucedían milagros, al siguiente día decidió no prestarlo y lo tuvo bajo cuidados especiales, cumpliéndole cualquier capricho que acaso el pollo pareciera tener. Llegó la noche y los árboles de Don Eulalio seguían igual de mustios que siempre. Enfadado, decidió encerrar al pollo en el gallinero todo el día siguiente para que aprendiera le lección. Y así pasó el día sin ninguna novedad. Sin embargo a la mañana siguiente, una vecina suya llamada Doña Adaliana, tocó la puerta.
-¿Qué se le ofrece Doña Adaliana?
-Fíjese que yo había escuchado los rumores de su pollo mágico, pero no lo creía hasta que lo vi con mis propios ojos, estos ojos que se han de comer los gusanos.
-¿A que se refiere?, si yo he encerrado a mi pollo todo el día.
- Pues fíjese que se escapó y fue a parar a mi huerto, pero no se preocupe, aquí se lo traigo. Ah también le ofrezco este regalo como agradecimiento.
Y Doña Adaliana le entregó un costal donde estaba metido el pollo, y otro más lleno de naranjas.
Don Eulalio muy disgustado volvió a encerrar al pollo amenazándolo con no darle de comer si no le hacía un milagro, pasó el día y se fue a dormir.
Al día siguiente, su esposa que se encontraba de viaje, regresó muy temprano y le preparó el desayuno a su esposo antes de que se despertara.
-¡Qué rico pollito! ¿Dónde lo has comprado?
- No lo compré, lo encontré en el gallinero y lo destacé esta misma mañana, tenía una luz rosa alrededor, no se me hizo normal, y decidí mejor cocinarlo… por cierto… ¿De dónde sacaste tantas naranjas?

Alberto y Gonzalo Gisholt

viernes, 11 de septiembre de 2009

Pequeña

Pequeña flor en ciernes,
no te quiero en mis manos por miedo a que te marchites,
pero bien te arrancaría un beso en forma de pétalo.

Gonzalo Gisholt Tayabas

domingo, 2 de agosto de 2009

Soy inmortal.

Todos los días soy inmortal...
hasta que cada uno de ellos acaba.
Todos los días seré inmortal...
hasta el día de mi muerte, que no lo seré más.

Gonzalo Gisholt Tayabas

martes, 21 de julio de 2009

América -sin título-

Color mestizo es el canto
del americano se oye el llanto.
Baile de tacón despuntando
la charanga al ritmo tañendo.

Sigue la impronta del subyugante
para luego salir por el levante
con hombres tan temerarios,
hazañosos jinetes varios.

Matriarca ubérrima en leyendas,
oriundas de sueños del pueblo,
luchando, haciendose riendas.

Y así el canto canoro del cenzontle
como efigie de libertad contra el diablo,
corregirá el pensamiento herrante.

Gonzalo Gisholt Tayabas

lunes, 20 de julio de 2009

Todos opinan

Todos creen tener derecho a opinar
sobre temas de actualidad y controversia,
aquel que cree tener la capacidad
de una idea poder abrazar,
no sabe el lío y la sorpresa
que comporta la seriedad.

Los párvulos también opinan
sobre ideas de juegos y mojigangas,
ellos también creen tener valía
sobre todo si con sus padres van,
aunque la madre solo busca gangas
y el padre deportes y comida.

Los ancianos también opinan
sobre infinidad de temas cultos,
aunque aveces tildados de anticuados
con cabales veredictos culminan.
Parececían, sobre sillas, bultos;
y disfrutan de sus pensamientos alados.


Gonzalo Gisholt Tayabas


Devorador de Luna

Cuando un sueño cayó áptero,
luna reflejante, lo has levantado,
para permutarlo en estrella.
Enamórame de tí por bella.

¡Oh! luna furibunda, enrojecida,
actuando al dios de la guerra,
hipnotizando a licántropos.
Vuélveme de ti selenófago.

Invades el majestuoso orbe,
sin que cosa alguna la turbe.
En la nocturnidad de una caricia,
resplandor nos das fiel nodriza.


Gonzalo Gisholt Tayabas

domingo, 19 de julio de 2009

No es

El amor no es como un rayo de luz,
no es como una caricia de olas.
El amor es un rayo de luz,
es la caricia de entre todas.

Me cuesta trabajo hablar de amor,
palabra de anagramas.
Palabras sin sentido, de analogías y sopor.
Extrañamente, así es como canta el alma.

No es invencible el amor
Pero si ineluctable el dolor.

Gonzalo Gisholt Tayabas

martes, 14 de julio de 2009

No hay inspiración

Las musas, al no estar de mi lado,
no me otorgan el fantástico don de la palabra.
Yo, al no estar entre sus preferidos,
heme de fabrica un propio e infructuoso Helicón,
esporádicamente bañado de belleza,
efímera, de esa que nace de la palabra.
Por eso apostrofo a mi hado,
Las musas al no estar de mi lado,
me hacen decir nada más que barbaria,
y me quedo callado.

Gonzalo Gisholt Tayabas

viernes, 26 de junio de 2009

Historia de mis calcetines

Ya sean grandes o pequeños, nuevos o zurcidos, siempre mediadores constantes entre nuestro pie y los zapatos tan ergonómicos y modernos de hoy en día. Algunos los usan en los píes, los más pequeños en las manos, para algunos deportistas son incómodos y los más desgraciados no los conocen. Ya sea de cualquier forma, los calcetines, o cualquiera de sus primitivas conformaciones, han sido un buen acompañante del hombre durante varios cientos de años.

Mi historia comienza cuando era pequeño, con apenas algunos centímetros de altura y la inexperiencia de la vida de por medio. Se me proporcionaron mis primeros calcetines; no recuerdo cómo eran, pero algo de lo que estoy seguro es de que debieron de ser dos, ya que afortunadamente cuento con dos pies... aunque a veces usaba cuatro, ya que mi madre me los ponía en las manos para no chuparme el dedo, pero un servidor hábilmente lograba deshacerse de ellos. Después seguí creciendo. Era un verdadero placer salir las mañanas de estío, cuando no asistía al colegio, al mercado, para hacernos de algunas de estas prendas con figuras caricaturescas y atractivas. Fui creciendo, un poco más, y estás figuras fueron desapareciendo paulatinamente del porte de mis calcetines. Los colores cada vez eran más oscuros, o bien, eran de una blancura total, como una película en blanco y negro, donde sólo se reconocen matices oscuros y claros. Nunca faltó ese apego infantil, contrastante con la edad, de querer conservar algunos cuantos ejemplares. Pero inexorablemente el cambio fue total y en estos momentos solo uso colores como negro, café y blanco, rara ves adornados con puntas cenicientas o grisáceas.

Los calcetines, medias, calcetas, o como se le quiera llamar, para muchos son un asunto fútil, por eso me hice a la tarea de escribir esta pequeña anécdota y loar a estos compañeros de toda la vida:
pares indiferentes, que mantienen nuestros pies calientes. :)

Gonzalo Gisholt Tayabas

miércoles, 10 de junio de 2009

Poemúsica



En los corazones de los hombres más temerarios,
hay cuerdas que no se dejan tocar sin sentimiento.
Edgar Alan Poe

Antes de adentrarnos a la estrecha relación que guardan estas dos artes, la música y la poesía, es preciso definirlos de una forma un poco menos artística.
● Poesía: proviene del griego ποιησις, a través del latín poesis. ποιησις quiere decir "hacer" y se refiere a convertir pensamientos en materia. Se define como el arte de disponer las palabras según modelos formales, en lo que atañe su sonido, ritmo y significado, o cualquier combinación de estos tres elementos, para conseguir en un espacio mínimo la máxima intensidad de expresión.
● Música: Del latín musica, con el mismo significado y este del griego μουσική que significa el arte de las musas. Se define como la combinación de sonidos y silencios de una forma armoniosa y agradable a los oídos.
La poesía, al igual que la música, se compone de sonidos, más bien articulados, que conjuntamente dan a entender una idea o sentimiento, pero al contrario de las notas musicales, las palabras tienen un significado intrínseco. Viéndolo desde otro ángulo, las palabras tienen un significado más directo que las notas musicales, las cuales tienen que ser armoniosas para que resulten atractivas al oyente y este intente interpretar el sentimiento que el músico quiere dar a entender en su obra. Otra comparación que podríamos hacer es que ambas tienen una forma de ser escritas, aunque la poesía utiliza más este medio para ser difundida, ya que la música escrita solo es comprendida por cierto número de personas con estudios superiores.
Muchas personas han querido estructurar las artes mediante estrictos métodos y reglas. En la poesía, en tiempos antiguos, el número de sílabas y rima en los versos era una parte vital para ser considerada como tal. Cabe decir que la literatura lírica nació antes que la narrativa. Y ahora los autores prescinden casi en su totalidad de cualquier regla para escribir. En el caso de la música, las canciones solían permanecer en una sola tonalidad y manejaban escalas básicas. Posteriormente se fue enriqueciendo con otros recursos como el contrapunto, disonancias y cambios de tonalidad y compás; además, con la llegada de la tecnología, se crea una incontable gama de sonidos nuevos, y la tarea de hacer música ya no es solo de los músicos, sino también de los expertos en computadoras y aparatos electrónicos, pero este es un tema que no abordaremos.
Ambas disciplinas son métodos con lo cuales se puede tocar el alma, tienen un “no sé qué”  (que Benito Feijoo se encargó de dilucidar), capaz de adentrarse hasta la sima, lo más recóndito, de los sentimientos.
Para poder entender estas artes, muchas veces se necesita tener un tipo de educación especial, ya lo menciona Aristóteles en su Política: a todos los jóvenes se les debería enseñar a apreciar las artes (cosa que en el sistema educativo actual está relegada), si no para un fin práctico, por lo menos para incrementar la cultura general del individuo, bien lo dice José Martí: “Ser culto para ser libre”. Para ser feliz, es necesario sentirse libre, ¿y no es la felicidad el fin que todos debemos buscar en la vida?
Regresando un poco al tema principal, aunque aparentemente vemos hoy en día la música y la poesía como cosas muy separadas, hay que decir que en un tiempo eran una y la misma…
En tiempos remotos cuando el habla era ya algo más cotidiano en la vida de las arcaicas personas, no se pensaba en darle algún camino artístico, y la poesía nació como algo fortuito, prácticamente unida a la música. El incentivo musical ayudaba a las personas de una comunidad a recordar con más fidelidad las letras, que en general hablaban sobre los valores morales y conductas de la comunidad. También uno de los primeros usos de la poemúsica (vocablo que he ideado para no repetir tanto los dos términos) fue el de solemnizar los rituales religiosos.
Al sur de la península Balcánica, nace la civilización griega, una de las más avanzadas en su tiempo, prolífica creadora de arte. En las antiguas plazas había una especie de cantores llamados “aedos”, los que serían un preludio de los posteriores juglares y trovadores. Estas personas llevaban un instrumento llamado phorminx, similar a la lira, y cantaban de pueblo en pueblo las epopeyas de los héroes. Uno de los más famosos aedos fue Homero, autor de La Iliada y La Odisea
En las tierras septentrionales de Europa a los cantores se les llamaba “bardos”, palabra que fue tomada del celta antiguo. Estos mensajeros eran almacenes de las historias comunitarias, transmitían las noticias y en ocasiones servían de embajadores. Se decía que un buen bardo debía ser “de lengua ágil, corazón ligero y pies veloces (cuando todo lo demás fallaba).”
Durante mucho tiempo la literatura se difundía de manera oral, hasta que se comenzó a impregnar en papel, y fue como la música y la poesía comenzaron a escindirse.
Del imperio romano y la alta Edad Media, periodos bastantes oscuros de la historia, se tienen pocos documentos que hablen acerca de la poemúsica. Fue hasta el año 1116 d.C. cuando aparece la palabra “juglar”, procedente del latín jocularis, joculator, que significa ”bromista u hombre de chanzas”. Eran trovadores dedicados a cantarle a los nobles, reyes y, los menos afortunados, a la plebe. Con instrumentos como la vihuela, laúd, salterio, mandolín y similares, deleitaban a la gente con sus cantos. Así es como nace el mester de juglaria, fenómeno que se dio por el analfabetismo del pueblo. Se define como un conjunto de poesía, épica o lírica, de carácter popular difundida en la Edad Media. Las epopeyas que cantaban estos juglares eran denominadas “cantares de gesta”, manifestaciones literarias muy extensas (oscilaban entre los 2,000 y 20,000 versos, aunque no solían pasar de los 4,000) donde se contaban las hazañas y virtudes de los héroes. Las obras más representativas de este género son el Cantar del Mío Cid (España) y el Cantar de Roldán (Francia).
Simultáneamente, se desplegaba la música sacra, desarrollada como parte de los ritos cristianos de la época. Se cantan kyries, himnos, salmos y canciones espirituales entonadas a Dios. Uno de los más insignes exponentes fue Johann Sebastián Bach, con más de 200 obras religiosas.
Ahora damos otro gran salto desde el siglo XVII, hasta el XX. La poemúsica vuelve a tomar auge con los trovadores y los nuevos movimientos como: “La nueva trova cubana” “La canción de protesta” y “La nueva canción chilena”, donde los temas principales eran las injusticias sociales, la fugacidad de la vida, el pensamiento humano, la vida diaria, y, en algunas ocasiones, los amores; todos estos temas desarrollados de una forma poética y sugerente. A algunos autores, como Silvio Rodríguez, la crítica y apoyo hacía algunos gobiernos le valió la enemistad de varias asociaciones; en repetidas ocasiones no le dejaron presentar sus canciones en la televisión por el contenido político que ostentaban, una de estas es “Fusil contra Fusil”. Después de algún tiempo, la libertad de expresión fue extendiéndose y actualmente es un autor mundialmente reconocido. Aquí en México uno de nuestros representantes de la canción de protesta es Fernando Delgadillo, quien ha llamado a su movimiento “La canción informal”.
Otra forma en la que se presenta la poemúsica es en la transcripción o transformación de poemas de autores varios, en canciones. Un ejemplo claro de esto son los discos “Homenaje a Antonio Machado” y “El Sur también existe” (donde se canta a Mario Benedetti) de Joan Manuel Serrat.
También existen escritores, como Federico García Lorca, quien estudió música y literatura, y cuyos poemas como “Poema de la seguiriya gitana” o el “Poema de la saeta”, no pueden ser comprendidos si no se conoce el contexto flamenco musical en el que están sumergidos.
Es difícil predecir qué camino tomarán estas formas artísticas, pero algo de lo que podemos estar seguros es que seguirán formando parte de la expresión, hasta que el hombre no tenga nada que decir.
La canción es un medio de encuentro
para acariciarnos el alma.
David Filio
Fuentes:
-http://www.wikilearning.com/monografia/poesia_y_musica_relaciones_complices/16925 Revisada el 10/06/09
-http://es.wikipedia.org/wiki/Aedo_(poeta) Revisada el 10/06/09
-http://es.wikipedia.org/wiki/Bardo_(profesi%C3%B3n) Revisada el 10/06/09
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-MENEDEZ, Didal Don Ramón. Et al, (1973) México: Poesía en Gran Enciclopedia del mundo.
Por Gonzalo Gisholt Tayabas